En el primero de Mayo: el nivel de vida de la clase obrera durante la Revolución Industrial (Antonio Escudero, diario Información)

En el primero de mayo: el nivel de vida de la clase obrera durante la Revolución Industrial

Por Antonio Escudero, en Información (01/05/2025).


"Este artículo tiene una doble finalidad. Me parece interesante divulgar el estado de la cuestión de una larga polémica entre historiadores que sostienen que el bienestar de los trabajadores descendió durante la Revolución Industrial (pesimistas) y quienes afirman lo contrario (optimistas). También desearía que el artículo contribuyera a extender la idea de que la Historia no sólo es necesaria para comprender el presente, sino para evitar errores del pasado.

La polémica se remonta a la época de Marx y Engels, pero sólo me referiré a aportaciones más recientes y centradas en el caso británico, el mejor estudiado. En 1983, Lindert y Williamson elaboraron una serie de salarios reales en Gran Bretaña que se multiplicaba por dos entre 1810 y 1850. Este notable crecimiento del consumo de los trabajadores, unido al aumento de la esperanza de vida en el país y a una jornada laboral que se redujo de 12 a 10 horas, condujeron a ambos historiadores a sostener que el bienestar de la clase obrera aumentó durante la Revolución Industrial.

En 1998, Feinstein elaboró una nueva serie de salarios reales utilizando una mayor muestra de salarios nominales y un índice del coste de la vida con más bienes y servicios, incluido el alquiler de la vivienda. En palabras del propio Feinstein, "la serie se comporta como una tortuga y no como la liebre de Lindert-Williamson". En las últimas décadas, han aparecido otras series que ratifican un crecimiento moderado de los jornales. Ahora bien, ¿ese ligero aumento del consumo mejoró el nivel de vida de la clase obrera? Veamos lo que sucedió con su esperanza de vida y con su estatura.

Los historiadores conocemos como urban penalty ("castigo urbano") a la elevada mortalidad que los barrios obreros padecieron durante la Revolución Industrial. En la década de 1840, la esperanza de vida en Gran Bretaña era de 41 años, pero en los barrios obreros de Manchester, Liverpool y Glasgow era de 26, es decir, 15 años menos. Los estudios etiológicos demuestran que la sobremortalidad fue consecuencia de enfermedades infecciosas transmitidas por agua, alimentos y aire, y esas infecciones derivaron de fallos de mercado. Las provocadas por agua se debieron a la ausencia de alcantarillado, un bien público que ninguna empresa privada construyó porque no podía evitar que cualquiera evacuara gratuitamente las aguas fecales en cubos a los sumideros de la calle. Las infecciones transmitidas por alimentos se debieron a un problema de información imperfecta ya que los consumidores no podían reconocer los que estaban en mal estado por la manipulación, las pésimas condiciones higiénicas de almacenes y tiendas o por la adulteración. Finalmente, las infecciones transmitidas por inhalación obedecieron a que la oferta de vivienda es inelástica ante un rápido aumento de su demanda. La inmigración en «avalancha» a los barrios obreros aumentó bruscamente la demanda de viviendas haciendo que los alquileres fueran tan altos que apareció el realquiler de habitaciones y con él el hacinamiento, hecho al que se sumó la construcción de calles estrechas y edificios altos con elevada densidad y compacidad.

Desde la década de 1820, el movimiento higienista británico propuso combatir la sobremortalidad de los barrios obreros mediante una reforma sanitaria que incluía las mismas medidas de intervención del Estado que hoy recomienda la Teoría Económica para combatir los fallos de mercado que he citado: alcantarillado, control bromatológico de alimentos, construcción de casas baratas y regulación de la urbanización. Sin embargo, el Reino Unido no emprendió esa reforma sanitaria hasta la década de 1870 porque los gobernantes liberales poseían una fe ciega en el mercado, criticaban el gasto público ya que los impuestos detraían recursos invertibles en el sector privado y consideraban la sobremortalidad una consecuencia natural de la indigencia y malos hábitos de los pobres.

La estatura media de la población se utiliza como indicador del nivel de vida desde la década de 1990 gracias a las investigaciones del premio Nobel de Economía Robert Fogel. Explicado de un modo sencillo, la talla de una persona disminuye cuando, desde su nacimiento a los 21 años, se alimenta mal; trabaja en la infancia y adolescencia y padece frecuentes enfermedades, aumentando en caso contrario. La estatura media de los varones británicos descendió entre 3 y 5,4 centímetros durante la Revolución Industrial y todos los antropómetras coinciden en que la que más disminuyó fue la de quienes vivían en las barriadas obreras. No en vano, en la década de 1840, los cadetes de la academia de Sandhurst medían 20 centímetros más que los jóvenes de la misma edad reclutados en los barrios proletarios por la Marine Society y un inspector de fábricas textiles escribió en 1840 sobre los tejedores: "Sus cuerpos se están deteriorando y su raza desciende con rapidez al tamaño de los liliputienses".

Así pues, durante la Revolución Industrial, los salarios reales crecieron modestamente y también lo hizo la nutrición de los trabajadores británicos. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con su esperanza de vida y su estatura por dos razones: elevada morbilidad provocada por una urbanización anárquica y duras condiciones de trabajo en la infancia y adolescencia. Debo añadir en este sentido que un libro de Humphries de 2010 proporcionó datos definitivos sobre el aumento y la dureza del trabajo infantil durante la Revolución Industrial y otro de Voth de 2001 demostró que las condiciones laborales empeoraron porque el número de horas de trabajo aumentó entre un 20 y 30 % como consecuencia de la desaparición de los Saint Monday y de muchas fiestas religiosas.

Todo lo dicho avala el pesimismo porque el ligero aumento de los salarios reales y del consumo de los obreros no pudo compensar el deterioro de sus condiciones laborales, el padecer más enfermedades y el fallecer jóvenes. Tras la Revolución Industrial, los salarios reales británicos crecieron con mayor intensidad y también lo hicieron la esperanza de vida y la estatura por tres razones que actuaron conjuntamente: la mejor alimentación, las leyes que mejoraron las condiciones laborales y la reforma sanitaria de los barrios obreros. Ese aumento del bienestar se debió sin duda al mercado (mayor productividad), pero también a la acción de higienistas, reformistas, radicales, cartistas, socialistas y sindicalistas que lograron una legislación laboral y que el Estado interviniera ante fallos de mercado.

Lo que he expuesto no es arqueología. La Historia nos enseña qué ocurrirá con el bienestar de la mayoría de la población si alcanzan el poder quienes desean volver al capitalismo liberal".

Acceso: https://www.informacion.es/opinion/2025/05/01/mayo-nivel-vida-clase-obrera-116921256.html 




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